miércoles, 30 de noviembre de 2011

vamos al beis?


Desde que se llega al boulevard Solidaridad y la calle José S Healy, podemos ver el gran flujo de personas que van al “beis”, desde lejos podemos ver un ambiente de algarabía, se observan a los aficionados emocionados por al fin entrar al juego, pues como sabemos para entrar al beis es todo un show, pues hay que hacer filas para poder comprar los boletos o para asegura que tu entrada sea rápida debes de comprar los boletos con anticipación.
Al momento de llegar al tan famoso estadio Héctor Espino, podemos ver como ya mencione una gran cantidad de personas esperando entrar, aparte de las luces que alumbran y se dejan ver a largas distancias, y el estacionamiento llenísimo.
En las afueras del estadio podemos observar a personas que a pesar de que el juego ya haya comenzado esperan  entrar; al momento de entrar al estadio debes de pasar por tres filtros, el primero es donde se revisa el código del boleto, en el segundo revisan tus pertenencias, y finalmente llegas a donde rompe tu boleto y se logra accesar a las butacas desde donde puedes observar el juego.
Una vez sentados podemos ver como las persona desfilan hasta llegar a su lugar para sentarse a ver el juego, además de gritar de emoción o de coraje, comer, beber o simplemente estar atento a como avanza el juego.
Conforme el juego va a avanzado las personas van socializando entre sí, pues en este caso es fácil que las personas se relacionen rápidamente, pues lo que los une es la afición a un deporte, la afición a un equipo o el placer de ir a tomar cerveza y “sacar curas” como se dice coloquialmente, y así poco a poco las personas empiezan a relacionarse, podemos escuchar comentarios de lo bueno que es el equipo y de lo malo que es el ampáyer.
Conforme pasa el tiempo del juego, las personas se comportan de una manera un tanto uniforme por así decirlo, pues es común que las actitudes se empiecen a imitar, por ejemplo, si la persona que esta enseguida de nosotros es un aficionado y vemos que esta todo emocionado echando porras o diciéndole chivo al ampáyer, las personas se sienten con la confianza de también gritar y de decir cosas, malas palabras, elogios y demás expresiones típicas de los aficionados a los deportes.
En cuanto a los jugadores podemos ver que tienen una gran concentración, pues a pesar de los gritos y la barulla en la que se encuentra el lugar, vemos que son profesionales en sus jugadas, y que intentan jugar lo mejor posibles, podemos ver que entre ellos tienen códigos de jugadas, además se nota que tienen una disciplina y que entrenan con mucha frecuencia, además de ser un hecho obvio por ser profesionales en lo que hacen.
En cuanto al espacio en el que se lleva a cabo el juego, comúnmente suele decirse que es un diamante, por la forma que tienen las bases en donde los jugadores tienen que hacer carreras, el bateador está ubicado en lo que se conoce  como home y de ahí es donde comienza el juego, el campo eta lleno de pasto y tiene unas líneas blancas dibujadas en forma de diamante.
En general el asistir a un juego de beisbol profesional, podemos disfrutar de un rato agradable con familia y/o amigos, además de que la convivencia que se da en este lugar es muy peculiar, desde mi punto de vista, no es que todos salgan como amigos, pero si es fácil que el ambiente que se viva aquí sea muy agradable para todos los asistentes.



En cambio en un juego amateur, la convivencia es distinta obviamente, observando un juego entre niños de 6 a 9 años de fut bol, podemos ver que la mayoría de las personas que asisten son familiares de los participantes, podría decirse que es un poco más cerrado o intimo, pues las familias se conocen entre sí.
Los niños no son profesionales y solo lo hacen por divertirse, por el gusto de practicar el deporte, o porque sus papas los mandan a participar en estos juegos.
Aquí podemos ver que son juegos más amistosos y que en muy pocos casos hay ofensas, aunque no falta uno que otro que no esté de acuerdo con la supervisión del juego y salga enojado.
Los niños que juegan como dije anteriormente no son profesionales, por lo tanto es común que no sean los mejores jugadores, o que no estén muy bien entrenado, pero debemos de tener en cuenta que es lo que algunas familias hacen para convivir entre sí y con otras familias, porque estos juegos se prestan para que después las familias salgan a comer a algún lugar como premio a los niños o algún otro tipo de premio.
En cuanto al espacio en el que los niños juegan, es un campo grande, que no está pavimentado ni sembrado, más bien es un terreno terroso y que tiene unas porterías de fierro blancas, sin red, en este caso.
Podemos ver que tanto un juego como el otro, nos lleva a la convivencia, ya sea en familia, amigos o desconocidos, con un único fin, apoyar a los jugadores y divertirse.

martes, 8 de noviembre de 2011

veamos con atención...

Observar se refiere a poner atención en todos los detalles de alguna cosa, persona, lugar o cualquier otra cosa que pueda ser vista. La observación es una de las herramientas más ricas que nos ayudan con la investigación cualitativa, pues es la que nos brinda la capacidad de desarrollar más puntos al momento de estar describiendo.


Un observador participante es el que al estar investigando, mantiene una relación con el
escenario y el/los informante/s, debe de estar dentro del contexto que va estudiar y desde ahí trabajar la investigación.
               
En cuanto a la selección de un espacio, el investigador deberá de escoger el que mejor represente el problema que desea estudiar, aunque a veces algunos escenarios no son tan accesibles como otros , es por esto que debemos ser consientes y racionales al momento de elegir un tema de investigación.
En la lectura se recomiendo no tener una relación directa con el espacio a estudiar, y creo que es una buena recomendación, pues en mi caso me es más atractivo y pongo más atención a un lugar nuevo, que a un lugar con el que este demasiado familiarizada.
La persona encargada de darnos entrada a un lugar, se llama portero, persona clave para llevar a cabo la investigación, pues sin su permiso sería muy difícil tener acceso al escenario, es importante tener una distancia del portero, pues en muchos casos si los informantes ven que hay una relación con este, es probable que no nos cuenten las cosas como son o que hablen con restricciones.
La presentación es importante, tanto la vestimenta como la presentación personal, pues no debemos ser informales en la forma de vestir al presentarnos a realizar alguna investigación, también es importante informar a las personas con las que se pretende trabajar sobre qué es lo que queremos hacer de dónde venimos y que resultados deseamos obtener (reporte o ensayo).
Las preguntas que se realizan para las entrevistas, pueden ser modificadas al extra entrevistando, pues en muchos casos nos damos cuenta de que no nos sirven o que no son tan relevantes, y debemos de tener la capacidad de adaptar las preguntas, para poder lograr el objetivo.
Al momento de interactuar con las personas debemos de adaptarnos a su lenguaje, que en algunos casos suele ser muy coloquial, pero en algunos otros es un lenguaje más formal, también debemos de mostrar interés en la persona cuando nos este narrando algo y no debemos de estar anotando lo que dice o hace porque podemos incomodar a las personas y así hacer que las personas no nos cuenten cosas importantes.
La entrada del investigador al campo de trabajo debe ser lenta y se debe tener paciencia, pues no es fácil que de un día para otro las personas te tengan la confianza de cantarte toda su vida, o simplemente son cuestiones sentimentales las que no permiten que las personas hablen tan fácilmente es por esto que se debe buscar un momento en el que se establezca un lazo y es ahí cuando se pueden lanzar preguntas que pueden resultar incomodas para el informante.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Con su permiso espíritus de la Pintada…

Comenzamos el recorrido aproximadamente a las 8 de la mañana partiendo del edificio de rectoría de la UNISON, la primera  parada fue en el oxxo de la “salida” para comprar agua e ir al baño; algunos compañeros decidieron dormir, otros más platicar entre ellos, leer, o simplemente observar el paisaje que teníamos a los alrededores, después de media hora más o menos, viendo los cerros que están a los alrededores de la carretera además de distintos tipos de arboles y demás vegetación, llegamos a La Pintada.
Sobre la carretera encontramos una puerta, que debían de abrir para poder entrar a este mágico lugar, una vez dentro tuvimos que recorrer un tramo de terracería para poder llegar al sitio arqueológico, mientras recorríamos el lugar en el camión con el propósito de llegar hasta las famosísimas pinturas, vimos a una águila sobre un cactus, distintos tipos de árboles y plantas.
Poco tiempo después nos bajamos del camión, donde nos separarían en dos grupos, mitad de geólogos, mitad de historiadores, acompañados de un arqueólogo y de una muchacha que iría cuidando que nadie se quedara solo al final.
Caminamos un rato por un caminito que nos llevaría hasta el campamento donde nos dijo el arqueólogo, vivían los indígenas de la época, en esta área de la pintada podemos encontrar un espacio que se ve que ha sido aplanada, a diferencia de las demás partes que componen el sitio, aunque había crecimiento de zacate se nota la diferencia a los demás lugares.
Al caminar un poco más en el sitio nos encontramos con una piedra que tenía una forma triangular y que en la parte del medio tenía una especia de repisa en la que tenía una hendidura, que el dirigente nos explico era un mortero, que no se sabe exactamente para que era utilizado; unos pasos más adelante nos encontraríamos con otra piedra igual con las mismas características y con la misma interrogante, ¿Cómo sería utilizada?.
Seguimos el recorrido por una vereda construida con cemento, que además tenía unos cuantos escalones al terminar de transitar por este camino, llegamos a un cerro, en donde veríamos las primeras pinturas rupestres, un toro y un venado, en tonos oscuros.
Después nos fuimos a otra parte de la Pintada, en donde encontraríamos, el panel principal como lo llama el arqueólogo, donde veríamos una gran cantidad de pinturas rupestres, de distintos colores y distintas técnicas (según nos dijo el arqueólogo) desde la distancia que nos encontrábamos era fácil ver qué era lo que los indígenas habían plasmado, a lo largo de todo el viaje el clima fue favorable, pues el día estaba nublado y corría un viento que agradaba; en esta parte teníamos frente a nosotros un cerro enorme, el cual tenía distintos colores desde cafés, marrones, naranjas y negros, por mucho cubría la estatura de todos los que estábamos ahí, y al echar una miradita hacia abajo podíamos ver no había piso a menos de unos tres metros.
El dirigente nos invito a continuar con el recorrido, tuvimos que bajar un poquito, para llegar a otra zona, donde veríamos mas pinturas, con formas de manos, pequeñas palmas  con unas líneas, un dibujo más que pareciera ser un jinete, dibujadas en cerro que teníamos frente a nosotros, al lado de este cerro vimos una laguna con agua en un color verde, pasos atrás había visto muchos árboles y piedras, pareciera estar dentro de una selva, aunque era un espacio muy pequeño tenía mucha vegetación en distintos tonos del verde.
Continuamos, y llegamos una parte en la que tendríamos que tendríamos que subir, para llegar a especie de cueva, donde veríamos mas pinturas, igual que en el cerro anterior había muchas palmas de las manos pintadas, y en la base de esta cueva se veía como si la piedra que estaba abajo hubiera sido pulida, pudimos tocarla y sentir la suavidad que tenia esta.
Bajamos de esta parte y caminamos, llegamos a otro panel mas donde encontramos la pintura de un hombre y una mujer, pero estas pinturas tenían el tamaño de una mitad de un dedo de una persona adulta más o menos.
Seguimos el recorrido, llegando a lo que sería el final del recorrido, en esta parte vimos otro mortero, pero este con características distintas, pues la piedra tenía muchas hendiduras, que además tenían distintos tamaños, estaban regadas en la piedra, esta estaba totalmente sobre la tierra.
Terminado el recorrido llegamos al campamento estacional, lugar donde habíamos partido, aquí la señora encargada le dijo al arqueólogo que nos llevara a la parte donde habían hecho excavaciones colegas suyos; fuimos y vimos una especie de lomita, lo que nos explicaron era un horno, donde nos dijo que habían encontrado restos de huesos de personas, que podría tratarse de una zona funeraria, y además nos mostro una piedra que había sido fundida a mas de mil grados.
Después de esto ahora si habíamos terminado el recorrido con las piernas temblorosas, la boca seca y con mucha hambre, nos sentamos frente al horno y llegaron los del otro grupo, comenzamos a comer, y la encargada nos conto unas anécdotas del lugar, poco tiempo después nos retiramos del lugar, para subirnos al camión, nos fuimos y durante el camino de vuelta no faltaron las fotos a los compañeros que venían dormidos, y las platicas entre ellos, llegamos a rectoría y de ahí cada quien tomo su rumbo.
La pintada me pareció un lugar muy bonito, aunque el recorrido podría tornarse un poco cansado, vale mucho la pena ir a pasar una mañana recorriendo este lugar tan mágico e interesante, además de que esta zona arqueológica nos muestra la forma en que los indígenas de años pasados se resguardaban, el vivir en una zona como esta requiere de un gran conocimiento de la zona, pues podíamos caminar por el camino que parecía más accesible y de repente te dabas cuenta de que ya no había camino y que estabas frente a un cerro difícil de brincar o que simplemente no había manera de continuar el recorrido.